¡El diario de un estudiante hispanohablante #6!

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¡Bienvenidos al diario de un hispanohablante #6! Seguimos el proceso de aprendizaje de Juan, nuestro alumno que se embarca en aprender francés con LRDG sin tener ninguna noción previa.

Tras varias semanas de clase, de autoaprendizaje y de sesión de tutoría con su profesora, Juan es capaz de entender el contexto de las frases en francés. Es buen estudiante, muy disciplinado y serio a la hora de estudiar solo. Intenta transmitir su conocimiento a su tutora durante sus momentos de conversación con ella, pero ha llegado el tiempo de las dudas

Cuando una persona emprende el viaje del aprendizaje de un idioma, las primeras semanas son agradables porque se parece a un juego. El cerebro empieza a coger automatismos del idioma desconocido. Esta fase de asimilación transmite un sentimiento de confianza al alumno porque observa sus avances después de cada semana de estudio. Pero esta etapa positiva deja el paso a una fase de indecisión. Cuando el alumno se da cuenta, que sigue avanzando en el proceso pero que todo se convierte en retos que parecen insuperables. Es la fase donde el estudiante se estanca y pierde confianza en sus logros. 

Un idioma no se aprende de un mes para otro, por eso, el factor psicológico es importante. La disciplina y la perseverancia son elementos claves de la buena evolución del estudiante. No hay que pararse a pensar que queda mucho tiempo para alcanzar los objetivos establecidos sino que hay que confiar que cada semana es un paso adelante. Cada duda es natural y cada obstáculo lingüístico es una lección para aprender mejor. 

A veces, Juan tiene la sensación que no avanza y que nunca va a poder llegar al nivel de francés suficiente para hacerse amigos o compartir sus opiniones. Sabe que el aprendizaje de un idioma requiere mucho tiempo pero, es complicado razonar de manera positiva cuando los resultados se hacen esperar. Aunque sus amigos le dicen que ha progresado mucho, él tiene dudas. Cuando habla con su tutora, comparte sus miedos e inseguridades en relación a su nueva lengua y, ella, vuelve a explicarle lo que haga falta y procura hablar de temas que le interesan a Juan para poder “desbloquearle”. Hablando de temas que le gustan, Juan se siente más cómodo y puede hablar más abiertamente. Tiene que esforzarse en pronunciar mejor, acordarse de las palabras que ya conoce, pero, a veces, no sale.

A pesar de eso, después de la tutoría, se siente más tranquilo y siente que se ha esforzado mucho. Los momentos de dudas siempre irán y volverán pero no hay que dejar de practicar. Un idioma es una cultura entera que aprender, es un mundo nuevo que hay que explorar. El tiempo es el mejor aliado del estudiante. Aunque uno pueda frustrarse y cansarse a la hora de intentar hablar otro idioma, tiene que tener en mente que cada esfuerzo será recompensado. Seguir, seguir y seguir… hasta conseguirlo. Es posible, tiempo al tiempo.

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